Valencia (20.04.2007).- La filósofa Rosa María Rodríguez Magda, miembro del Consell Valencià de Cultura (CVC), ha destacado el compromiso de esta institución con la cultura, lo que le ha llevado a reflexionar en diversas comisiones sobre los cambios culturales fruto de la inmigración y la necesidad de propiciar medidas que garanticen la justa acogida de quienes vienen a trabajar a la Comunitat Valenciana.
Estas reflexiones las ha realizado Rodríguez Madga en el transcurso del seminario “Europa y el Islam: estructura de identidades culturales”, que dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Valencia. “Sólo el conocimiento mutuo y el respeto pueden propiciar un futuro en el que la cultura valenciana, sin perder sus señas de identidad propias, se enriquezca con las aportaciones de quienes a medio y largo plazo serán también valencianos”, ha señalado la filósofa.
Rodríguez Magda ha dicho que las sociedades occidentales son cada vez más pluriétnicas y plurireligiosas y por ello considera necesario reflexionar sobre los criterios que deben regir el diálogo intercultural y ha asegurado que la libertad de las mujeres “es un de los requisitos para que las sociedades sean libres”.
Cree que Europa no puede ser sólo un continente o un mercado común, sino que es también una cultura, con unas raíces, una tradición, unas señas de identidad y un futuro por construir.
“Europa debe reflexionar sobre su identidad, buscar sus raíces en su origen grecolatino, su cristianismo histórico y las bases filosóficas de su modernidad, postuladas por la Ilustración en su defensa de la libertad individual”, ha defendido Rodríguez Magda.
Respecto al futuro, la miembro del CVC asegura que éste pasa por distinguir la multiculturalidad, que es la existencia conjunta de culturas diversas y es un hecho, del multiculturalismo, que es una ideología que pretende ser normativa y establecer una equivalencia entre todas las culturas, lo que nos puede llevar a cierto relativismo y a justificar un mosaico de guetos separados, sin comunicación entre si y a veces enfrentados.
Para Rosa María Rodríguez Magda, resulta necesario salvaguardar lo que las culturas tienen en común para mantener un horizonte de racionalidad, entendimiento y progreso, desde el respeto a las diferencias.
También ha señalado que no se debe aceptar ninguna reivindicación grupal, étnica o religiosa que limite la libertad individual y que son los individuos y no las comunidades quienes tienen derechos.