Valencia (07.08.2006).- El presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, ha enviado un escrito al presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, en el que solicita que introduzca, a través de los cauces pertinentes, la legislación apropiada para castigar muy severamente a las personas que provocan incendios forestales y que destruyen nuestro Patrimonio. También demanda que tome en consideración la propuesta de declarar los incendios forestales intencionados como crímenes contra la humanidad.
Incendios como los sucedidos durante este fin de semana y que siguen activos, atentan no sólo, contra una parte del Patrimonio de todos los ciudadanos, decisivo para la supervivencia de los mismos, sino contra los ciudadanos mismo. “Cada vez más, los incendios forestales se cobran vidas humanas y afectan a un mayor números de personas que deben ser desalojadas de sus viviendas”, afirma Santiago Grisolía, presidente de la institución consultiva. “Vivimos en un Planeta cuyo equilibro natural está amenazado como consecuencia de la sobreexplotación de los recursos. La supervivencia del bosque natural es determinante para asegurar la continuidad de la vida. Como consecuencia de estos sucesos, que año tras año, provocan la perdida de gran parte de la masa forestal, es necesario adoptar medidas dirigidas a racionalizar la gestión de este bien patrimonial.”, argumenta el presidente del CVC.
Para ello dos aspectos son fundamentales: En primer lugar la adquisición de más conocimiento junto a la dotación de infraestructuras y recursos técnicos y en segundo lugar la regulación jurídica de las responsabilidades de quienes atentan contra dicho patrimonio. Para Santiago Grisolía es muy importante que todas las instituciones se impliquen en la labor de conocer las causas que provocan dichos incendios y colaboren en su prevención. “Por ello hace tiempo que, el Consell Valencià de Cultura, trabaja con este objetivo para poder incidir en el efecto de paliar o minimizar esta lacra social y reclama que se invierta en investigación científica y tecnológica, educación cívica y que se legisle adecuadamente para castigar a los culpables”, añade el profesor Grisolía.