Informe del Secretario. 6 de junio de 2018
1) Madrid y Barcelona han iniciado un ambicioso plan de ciencia ciudadana, para censar sus poblaciones de mariposas urbanas diurnas. Ambas ciudades forman parte de la red BMS (del inglés Butterfly Monitoring Scheme), que realiza seguimientos de estos insectos en 25 países. Los censos se efectúan gracias a un grupo de voluntarios entrenados, que introducen los datos en la aplicación local de la red BMS. La razón de tanto interés es que los lepidópteros son grandes bioindicadores, muy sensibles a las variaciones de temperatura y pluviometría, y que la aparición de unas especies o la ausencia de otras confirma fenómenos como el cambio climático. La presencia o la ausencia de mariposas en los jardines seleccionados en ambas capitales permitirá establecer corredores verdes que faciliten la vida a los insectos polinizadores, y puede contribuir a naturalizar los espacios verdes, esto es, a proteger los herbazales y las hierbas de crecimiento espontáneo, que aportan el alimento y el refugio imprescindibles para muchas especies.
2) Situado en el extremo norte del Océano Pacífico, el Mar de Bering, entre Alaska y Siberia, se conecta con el Océano Ártico a través del Estrecho de Bering, que cada año se hiela en invierno y se deshiela en cada primavera. A medida que el borde de la bolsa de hielo se derrite, libera agua fresca y nutrientes al agua de mar. Pues bien, según los datos del Centro de Investigación del Ártico de la Universidad de Alaska en Fairbanks y del Centro de Cambio Global de la NASA, la capa de hielo en el mar de Bering se situó el pasado mes de abril en su nivel más bajo, para esta época del año, de los últimos 135 años, es decir, desde que se tienen registros modernos, y son los niveles que corresponderían para esta zona a mediados de junio. Además del deshielo en sí, por lo que tiene de indicativo, hay impactos directos que alteran la vida de numerosas especies, y la exposición de las poblaciones costeras a los temporales marinos y fluctuaciones del nivel de mar, hasta ahora limitados por la presencia del hielo.
3) Según datos de un informe reciente de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en el Mediterráneo hay una fuerte evidencia del agotamiento del coral rojo, que incluye la pérdida de las grandes colonias centenarias, que son las de mayor potencial reproductivo. Los datos estadísticos muestran claros signos de sobreexplotación, e indican que solo entre un 4% y un 10% de las poblaciones situadas entre los 0 y los 50 metros de profundidad presentan un buen estado de conservación. Además, la actividad pesquera ha fragmentado más las poblaciones, por lo que existe un “riesgo de extinción local”. La ministra García Tejerina anunció el 8 de mayo en el Senado que antes de noviembre de 2018 se prohibirá la pesca de coral en aguas de menos de 50 metros de profundidad. Esta es una recomendación de obligado cumplimiento de la Comisión General de Pesca para el Mediterráneo (CGPM, de la FAO).
4) Según un trabajo presentado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), en España podría haber hasta 180.600 pacientes anuales afectados por las denominadas “superbacterias”, patógenos multirresistentes a los fármacos. De estos enfermos, 35.400 no podrían superar la infección y terminarían falleciendo cada año. “Estamos hablando de unas cifras 30 veces superiores a las de los accidentes de tráfico”, señala García Rodríguez, portavoz de la SEIMC, quien lamenta que, pese a a que existe desde hace cuatro años un Plan Nacional de Resistencias a los Antibióticos, «ni siquiera cuenta con una asignación específica en los Presupuestos Generales del Estado». Los registros obtenidos han puesto de manifiesto que, en el medio hospitalario, donde más fácil es su transmisión, las bacterias resistentes más frecuentes son bacilos Gram negativos que consiguen ser inmunes a múltiples antibióticos, como ‘Escherichia coli’, ‘Pseudomonas aeruginosa’ o ‘Klebsiella pneumoniae’.
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2018/05/17/5afd635a468aeb047f8b45f8.html
5) La Comisión Europea ha presentado una propuesta de directiva para reducir los 10 productos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas y los mares de Europa, así como las artes de pesca perdidas y abandonadas, y pretende prohibir la venta de bastoncillos de algodón y cubiertos, platos y pajitas de plástico. Esos 10 productos representan el 70% de todos los residuos marinos. La Comisión Europea pide que se prohíba la comercialización de productos de plástico de un sólo uso para los cuales haya alternativas asequibles, como bastoncillos de algodón y cubiertos, platos, pajitas, agitadores de bebidas y palitos de globos de plástico, que deberán fabricarse con materiales más sostenibles. Los recipientes de bebidas de un solo uso de plástico podrán venderse si sus tapas y tapones permanecen unidos a ellos. Algunos productos deberán llevar una etiqueta clara y normalizada que informe sobre el modo de eliminación de los residuos, su impacto ambiental negativo y la presencia de plásticos en ellos. Este requisito se aplicará a las compresas higiénicas, las toallitas húmedas y los globos. Los países también estarán obligados a aumentar la sensibilización de los consumidores sobre los efectos negativos de tirar plásticos de un solo uso y sobre las artes de pesca, así como sobre la disponibilidad de sistemas de reutilización y las posibles opciones de gestión de residuos para todos esos productos.
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/05/29/5b0d0f92e5fdea94538b4596.html